Pintura de interior

Un trabajo profesional de pintura de viviendas se realiza en dos fases. La primera consiste en la preparación de las superficies a pintar, corrigiendo cualquier imperfección con masilla, lijando hasta que las paredes o techos estén completamente lisos. Una vez preparadas las superficies, siempre se aplicarán dos manos o más de pintura,  en función de las necesidades específicas. En la mayoría de casos será suficiente con dos manos  pero, en el caso de techos, las cocinas con mucha grasa o de cambios de color muy bruscos, pueden ser necesarias tres o más manos de pintura.

Además, hay que tener en cuenta el tipo de pintura que se va a utilizar, puesto que no es lo mismo la pintura al temple,  que la pintura de resinas,  o las acrílicas de primera, que aguanta mucho mejor el paso del tiempo sin perder su tono.
Una opción más económica que la de pintar la vivienda es solamente blanquear las paredes:
Entendemos por blanquear las paredes aplicar una mano de pintura del mismo color que tienen la éstas. Es un trabajo sencillo y económico, aconsejable realizar cada 3 o 4 años,  para mantener el color de la pintura. Este concepto no incluye la reparación de desconchones ni humedades, sino que, simplemente,  se trata de un mantenimiento para la pintura.

El precio medio orientativo con calidad estándar para una vivienda media es 940 €

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